La modernidad es enemiga del Indohispano

octubre 04, 2021

 

La modernidad es enemiga del Indohispano

La modernidad ha destruido la naturaleza del hombre Indohispano, ese influjo corrosivo lo viene consumiendo poco a poco desde hace 200 años. Las ideas liberales traídas y puestas en práctica por los "padres de la patria" y luego por sus herederos en reformas inertes que solo sirvieron para reescribir la historia y enriquecer sus bolsillos, perpetuaron esta condición de naufragio en el Indohispano. Ahora más que nunca, todos esos subproductos de la modernidad van dirigidos a eliminar los pequeños residuos de cordura y entereza que aún persisten en nuestro pueblo, entre esas tendencias tenemos:

Idiotización


A medida que el acceso a la multimedia fue aumentando en el grueso de la población hispanoamericana, esto tuvo un efecto inverso a lo que se esperaba, nuestra gente en vez de perseguir el conocimiento que tenía a la mano prefirió alejarse de él, pero la culpa de esto no la tiene el consumidor totalmente, puesto que los actuales medios y plataformas promueven una programación que idiotiza a las masas. En dichos medios se promociona a personas no cualificadas como autoridades y expertos, lo que disminuye la calidad del discurso público y populariza conceptos erróneos y falsos. De esta manera el pueblo se vuelve incapaz de analizar cualquier situación y no puede formarse un criterio propio, creyendo únicamente aquello que los grandes medios quieren que crea.

Esto no fue casualidad, al tener una población adicta a programación estéril y frívola, esta prefiere vivir en ese mundo de fantasía que le brindan esas series, películas o música, en vez de luchar en contra de las condiciones de explotación y miseria en la que está sumida. Las luchas populares en la región actualmente son casi inexistentes, en cambio la gente prefiere poner un hashtag, compartir una publicación o ponerle a su foto de perfil un marco. Al final los únicos beneficiados son las clases dominantes que nunca ven tambalear su poderío.

Infantilización


En Hispanoamérica quedaron en el olvido los tiempos en los que se veneraba la experiencia y sabiduría de los mayores, al punto de ser considerados consejeros. Actualmente se le da culto a la inmadurez, a una eterna juventud artificial, dónde vemos a adultos comportándose como eternos adolescentes. Y es que estos son los valores con los que nos bombardea día a día la industria del entretenimiento. Todos los productos comerciales van dirigidas a mantener una población infantilizada, un ejemplo de ello es la industria de las películas de superhéroes, que en un inicio estaba dirigida a niños y adolescentes y que actualmente tiene como principales consumidores a adultos, no es raro ver al típico treintañero derretirse por ver el estreno de la próxima película de Marvel o llorar de la emoción ante una escena o tráiler. 

La cultura se ha tornado en puro entretenimiento: chismes, escándalos, consumo y diversión. Ya no hay pensamiento y abstracción, simplemente se opta por la satisfacción inmediata. Y es que se nos brinda una versión caricaturizada de la realidad, nunca se admite que la vida es cruda, que existe sufrimiento y que hay una élite que domina la riqueza y el poder, a la cual hay que combatir. 


En la sociedad empiezan a predominar aquellas características infantiles por encima de las características adultas. La impulsividad se sobrepone a la reflexión y a la diligencia. Todos hablan de derechos que respalden sus errores, sus desviaciones o sus caprichos, pero nadie habla de deberes, pues los deberes conllevan el cumplimiento de una responsabilidad. El adulto actual no quiere comprometerse, no quiere niños, pero actúa como uno. Se le tiene un profundo miedo a las experiencias negativas, cuando a lo largo de nuestra historia estas han servido como enriquecimiento, desarrollo de nuevas habilidades y aprendizaje. 


Feminización/masculinización


Al hombre Indohispano se le quiere feminizar, y esto se ha logrado en las últimas décadas, ya que la democracia es un sistema castrante donde se trata de aniquilar cualquier asomo de virtud y gallardía, y es que este sistema ocupa una masa de hombres cobardes y femeninos que nunca se rebelen.  Características masculinas como la voluntad, la templanza y la abnegación están en proceso de desaparecer, el hombre actual mide su "masculinidad" en base a la cantidad de mujeres fáciles que pueda acaparar (dejándose dominar por ellas en la mayoría de los casos) o los vicios que su billetera pueda pagar. El hombre actual cede ante sus emociones en vez de dominarlas.


A la mujer Indohispana se le ha hecho creer que pareciéndose al hombre será "libre", pero en cambio solo ha terminado siendo una mala versión de este, puesto que ha imitado al hombre en sus aspectos más negativos, en sus vicios, en su promiscuidad y en su desapego por la familia, a eso hay que sumarle que a la mujer se le ha inculcado esa falsa idea de que encontrará su realización en los bienes materiales y logros académicos y no en la maternidad, cuando dar vida a otro ser humano es la misión más grande que existe. De esta manera la mujer ha ido apartándose de su natural feminidad, creando en su alma un gran conflicto que la ha convertido en un ser inestable, muy proclive a la depresión y a la negatividad, cuando con el pasar de los años se da cuenta de que todo lo que consiguió es efímero y no es trascendental como el formar una familia. 


Fealdad


Actualmente la pintura, la escultura, la música, la literatura, las danzas y la arquitectura, apelan a la fealdad y al conformismo, se ha perdido la finalidad de las artes que era deleitar los sentidos. Este fenómeno lo podemos notar fácilmente en la música, actualmente la música simplemente tiene un objetivo comercial y adoctrinador, debido a eso en nuestra región el reguetón y otros géneros afrocaribeños son tan populares, pues tanto su ritmo como sus letras van dirigidos a pervertir a sus consumidores, normalizando en su subconsciente los temas de esas canciones.


Pero la fealdad está implícita en la modernidad misma, actualmente se busca normalizar lo feo y degenerado. Nadie busca cultivar su cuerpo y su mente, por eso enfermedades como la obesidad y desviaciones como la homosexualidad buscan normalizarse. Lo negativo de todo esto es que nuestro pueblo ha perdido la concepción de belleza y esto trae graves consecuencias en la mentalidad colectiva. Cómo pueblo ya no aspiramos a lo divino, ni a exaltar lo estético y armonioso, por ende, no buscamos ser mejores ni elevar nuestro espíritu, nos conformamos con aceptar esa idea ficticia de que todo es bello a su manera. 

El poeta polaco del romanticismo, Cyprian Norwid decía que: "La belleza sirve para entusiasmar en el trabajo, el trabajo para resurgir". Apreciar lo bello ayuda a un pueblo a sobreponerse ante las adversidades y de esa manera trabajar juntos por un destino mejor. La belleza, al igual que la verdad, nos infunde entusiasmo, ayudándonos a ver el mundo con admiración y a no perdernos en el sinsentido de una existencia vacía. 

Pacificación


Esta es el resultado final de todas las tendencias anteriores, una sociedad idiotizada, infantilizada, que ha perdido su esencia masculina y femenina y que ha sido privada de apreciar la belleza se ve incapaz de luchar en contra de cualquier abuso y de labrarse un futuro mejor. Nos han domesticado por medio de los bienes materiales y el entretenimiento, esto ha forjado una población excesivamente satisfecha que no opondrá resistencia por miedo a salir de su comodidad. 

Las élites le temen al orden, a los pueblos que mantienen viva su dignidad, su arraigo cultural y su orgullo. Entonces el Indohispano debe aspirar a reconquistar estas virtudes de las cuales alguna vez fue poseedor y romper las cadenas que lo atan a esas tendencias anarquizantes por las cuales ha sido sometido, porque cualquier orden entre las masas origina la base para la resistencia y la lucha contra todo aquello que las subyuga.



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