Honduras se acerca a la Republica Popular China

marzo 19, 2023

 


Ha sido la noticia de la semana y ha estado en boca de todos la reciente declaración de la presidenta de Honduras sobre su decisión de entablar relaciones diplomáticas con la República Popular China. De inmediato los sectores reaccionarios de la burguesía nacional salieron a manifestar sus posturas contrarias respecto a esto, ¿por qué?, porque la burguesía hondureña, predominantemente de origen palestino/judío, está fuertemente articulada al capital internacional y estadounidense, de tal manera que sus intereses primarios están con esa nación y con ese mercado. A medida se han ido consolidando como elementos de poder en Honduras han ido arrastrando el país hacia el camino de la dependencia a lo gringo.

La burguesía hondureña se caracteriza por su alienación férrea a la angloesfera, y en general, a occidente. No es simple cuestión de negocios, pues también son defensores acérrimos de la ideología liberal, a tal punto que propagan sin pudor los abominables cuentos del librecambismo. La mayoría de jóvenes empresarios e industriales han estudiado en Estados Unidos o Europa, han hecho vida en esas sociedades y han logrado crear para sí una red de contactos mercantiles que les ha servido para establecer sus puntos comerciales en el extranjero. La burguesía hondureña es especial, pues al no sentir ningún apego a esta tierra y a este pueblo, no tienen ninguna inhibición subconsciente para llevar a cabo las más viles acciones siempre que vayan en favor de sus intereses.

En tal sentido, las últimas acciones del gobierno Castro-Zelaya impresionan una ofensiva hacia los intereses de la burguesía nacional. Primero, trayendo a la discusión publica el tema de las exoneraciones fiscales, jugosas dadivas que el estado hondureño ha otorgado por años al industrial a cambio de prácticamente nada que lo iguale. Segundo, la reciente declaración de entablar relaciones con el principal competidor de aquel a quien estos burgueses son realmente leales: los Estados Unidos.

De tal forma, han movilizado todos sus medios para criticar y difamar estas decisiones ejecutivas, amenazando con cerrar sus fábricas y cancelar los contratos de los trabajadores que por años les han contribuido a crear sus fortunas. Ese es el típico accionar de la burguesía en todos lados; una vez sus intereses son amenazados, chantajean al estado para evitar verse afectados.

Ahora bien, ¿qué puede significar la última decisión de los Castro-Zelaya? No hay algo directamente establecido por ahora, son solamente declaraciones pero que ya avisan un nuevo sendero de la diplomacia internacional por parte de Honduras. Históricamente, este país ha estado subvertido a las determinaciones del hegemón continental, careciendo en sus dos siglos de historia de auténtica soberanía, ya sea política, ideológica o cultural. Las recientes décadas de vida democrática han significado para este país una entrega total y sin condiciones al mundo anglosajón y occidental, esto es, al mundo liberal. La bestia liberal ha penetrado paulatinamente a través de la democracia, el libre mercado, y últimamente, la ideología de los derechos humanos con su neutralización del carácter del pueblo. Mientras nuestros vecinos han sufrido gestas gloriosas, brillando con el sentido trágico de la existencia, las Honduras se han caracterizado por carecer de toda existencia activa, limitándose a la vida vegetativa y manipulable, consolidándose como la meretriz preferida del hegemón norteamericano.

Hay una realidad innegable. Honduras depende económicamente de los gringos. Esto como resultado de las nefastas políticas de los anteriores gobiernos, que han sido tanto malignos para el pueblo como benignos para los intereses de la burguesía nacional, que desde los años 90s han visto crecer sus fortunas familiares a niveles ingentes, mientras, la pobreza nacional incrementa en proporciones iguales.

Esta pobreza, estas terribles condiciones de vida provocada por gobiernos con una visión absolutamente contraria sobre el bien común, han movido a las masas a migrar, ya sea del campo a la ciudad, como de ambos hacia el país del norte. El resultado ha sido el abandono del campo y de la autarquía agroalimentaria, como la surgente dependencia del PIB hacia los dineros que vienen del Norte. El estado entretanto, en fase latente y pasiva. 

Esa es la realidad hoy. Pero ¿significa de alguna manera que Honduras abandona a Estados Unidos por China? Por supuesto que no. Esta idea carente de complejidad solo puede caber en la mente de los tontos o de los que buscan manipular a los tontos. Curiosamente es la idea que más se exterioriza en las bocas y textos de aquellos que sirven a la burguesía. Pero es que, en el libre ejercicio de las relaciones internacionales, los estados auténticamente soberanos tienen la capacidad de elegir con quienes comerciar, y, a menos que existan guerras abiertas, pueden perfectamente negociar con otros estados que rivalizan mutuamente. Estados Unidos, el principal competidor chino, es a la vez -irónicamente- uno de los principales destinos de la producción china. El Salvador, un estado vecino, mantiene una dependencia de las remesas de los migrantes en Estados Unidos similar a la que mantiene Honduras, y aun así, ha sabido entablar relaciones comerciales con la República Popular China. 

¿Cuál es el problema entonces? Si es posible relacionarse con ambas potencias, sin desmeritar a una ni a otra, ¿dónde radica el inconveniente? El problema es el interés egoísta de la burguesía nacional, y la proclama ignorante de aquellos que desconocen la realidad y que son serviles al estilo gringo. Nuestros enemigos están a nuestro interior. Encantados por lograr para sí inmensas riquezas no reparan en subvertir el estado y pueblo al ideario gringo y liberal. Mientas los pueblos permanezcan en un estado de subordinación su desarrollo dependerá de la voluntad del amo, y está claro que esto no conviene a los Estados Unidos. Por eso mismo, financian y fomentan políticos incapaces de soltarse la correa, hombres carentes de virilidad y de carácter, dispuestos a entregar a su propia madre si el amo rubio así se lo pidiese. Esos han sido los gobiernos anteriores en este país.

En el primer año de gobierno de los Castro-Zelaya se observó el mismo accionar de sus predecesores, esto es, la ausencia de una capacidad de decisión verdadera, y solamente mostraron la misma pasividad característica del criollismo histórico. Sin embargo, luego de la elección de la corte suprema, el ejecutivo ha mostrado mayor lucidez en sus decisiones soberanas, lo que alumbra para este estado un nuevo sendero, el sendero de la multipolaridad.

Honduras se juega sus años decisivos, época en la que se debe DECIDIR y no solo pensar. Atrás deben quedar los años y los hombres carentes de carácter y virilidad, la realidad demanda hombres con temple, conocedores y críticos de la realidad internacional y que busquen elevarse por encima de las honduras. El gobierno Zelaya-Castro podrá tener cualquier tipo de dificultad y error en el manejo de la política interna, pero a nivel internacional parece estarse posicionando en terrenos más sólidos. Su amistad personal con Lula da Silva y Andrés López Obrador, así como su cercanía con Daniel Ortega y recientemente Nayib Bukele, nos muestra una tendencia hacia los viejos ideales de unión hispanoamericana, y en vista de que son justamente estos lideres los que más atrevidamente coquetean con otros Polos, la cercanía del gobierno hondureño demuestra su interés en formar parte del nuevo timonel de la historia: el mundo multipolar. 


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