Para los empresarios y la mayoría de políticos, tu vida únicamente es valiosa y útil cuando consumes sus productos, gastas tu dinero en sus negocios o pagas para acudir a las actividades que ellos organizan. El libre mercado es más importante que tu vida.

Ante la ola de violencia que se ha presentado en las últimas semanas en el Valle de Sula, principalmente en las ciudades de San Pedro Sula y Choloma, el gobierno tímidamente ha tomado medidas para tratar de contrarrestar esos lamentables eventos, es así que en el Diario Oficial La Gaceta del domingo 25 de junio del presenta año se decretó la suspensión de la garantía de la libre circulación desde las 21:00 horas hasta las 04:00 horas del día siguiente, a partir del 25 de junio en el municipio de Choloma y a partir del 4 de julio para el municipio de San Pedro Sula.

Lo anterior busca resguardar a la población de estas ciudades, porque la mayoría de actos violentos ocurren ya tarde en la noche, pues la vida nocturna (o la industria nocturna como la denominó el mismo alcalde) en nuestro país no es la más sana que digamos, limitándose en la mayoría de casos a la juerga en bares, cantinas y billares, consumo de bebidas alcohólicas y otras drogas y a la prostitución. Todos sabemos que el hondureño con un par de botellas o copas en la cabeza pierde el control, y no digamos si ha utilizado otras sustancias aparte del alcohol, entonces un individuo en ese estado es capaz de realizar cualquier acto lamentable y atraer las desgracias.

La vida nocturna de San Pedro Sula consta de bares y billares donde se consumen bebidas alcohólicas, gran parte de hechos violentos ocurren en estos locales.

Aunque estas medidas no sean extraordinariamente duras y más bien son hasta blandas, todos los grandes empresarios del Valle de Sula y el alcalde Roberto Contreras dieron el grito al cielo en contra de esta acción del gobierno, alegando que dichas medidas van a paralizar el dinamismo y la economía de las ciudades del Valle de Sula, esto nos lleva a reafirmar el concepto que siempre hemos tenido acerca de los grandes empresarios de nuestro país, que a ellos poco o nada les importa la vida y la seguridad de sus empleados y de la población en general. Pero es que es algo lógico, si al empresario no le importa darles condiciones dignas y derechos laborales a sus empleados, menos le va a preocupar la seguridad de éste, pues para un empresario millonario su empleado es reemplazable, él sabe que en un país como Honduras hay cientos de personas diariamente esperando por un empleo para conseguir dinero y poder llevar el pan a la mesa del hogar, por más extenuante y mal pagado que este sea. No podemos esperar nada de esos grandes empresarios, pues ¿Qué empatía con el pueblo va a tener un individuo de etnia árabe, judía o quien sabe qué otra cosa, que nació en cuna de oro, que desde su más tierna infancia fue criado con la mentalidad de que él es superior a las clases populares, que fue educado en una institución privada hecha para las élites y luego en una universidad del extranjero donde vivió totalmente alejado de la realidad nacional y que al graduarse sólo volvió al país para ser el jefe de una enorme empresa familiar? De ellos no podemos esperar nada.

Pero por otra parte tenemos al alcalde Roberto Contreras, un hombre al que le gusta contar su historia de superación, cual disco rayado, siempre que tiene la oportunidad; una historia donde él, un niño que nació en la pobreza y que creció en un barrio popular de la ciudad de San Pedro Sula, pudo salir adelante a pesar de las adversidades utilizando su ingenio para emprender y con los años su emprendimiento tuvo éxito y llegó a ser un próspero restaurante. Lo mínimo que se espera de una persona con este trasfondo, como el señor alcalde Contreras, es que tenga empatía con el obrero, con el trabajador y con la clase popular en general. ¿O es que realmente ya se le olvidó de dónde viene y su historia de superación simplemente es una estrategia para engañar incautos y conseguir votos en las elecciones? Al señor Roberto Contreras parece que le importa más facturar con los «pijines» de la Feria Juniana o con el concierto de Grupo Firme que será el próximo 16 de julio (que irónicamente el género musical norteño hace apología al crimen organizado y a ese estilo de vida), que la seguridad de la población del municipio del cual es alcalde.

Es difícil ponerse en los zapatos del pueblo cuando se vive en una lujosa residencial amurallada con seguridad privada, y se desplaza únicamente por las zonas más exclusivas de la ciudad en camionetas blindadas. Los empresarios no saben que es andar en bus con miedo a ser asaltados, que les quiten sus escasas pertenencias que tantas horas de trabajo han costado y en algunos casos hasta ser asesinado por el asaltante, los empresarios no saben que significa sentirse perseguidos por las calles oscuras de los barrios donde no hay ni alumbrado público, corriendo a toda velocidad para llegar sano y salvo al hogar. Para el empresario millonario que tu consumas y que ellos facturen grandes ganancias vale más que tu seguridad y tu vida.

Sólo en un país con un gobierno débil los empresarios deciden que medidas tomar en materia de seguridad. ¿Por qué los grandes empresarios tienen tanta influencia dentro del gobierno?

A las élites poco o nada le interesa que se resuelva el problema de la inseguridad en el país, pues un país violento nunca tendrá un estado fuerte y funcional, y a los empresarios un estado fuerte y funcional no les conviene porque no van a poder influir en la política nacional a favor de sus intereses, quitando y poniendo políticos a su antojo que sigan sus órdenes y decreten las leyes que a ellos más les convengan. En un verdadero estado el gobierno no tendrá que consultarle a un grupo de empresarios si están de acuerdo con las medidas que se están tomando, como ocurre actualmente que hasta el ministro de seguridad y la policía se reúne con el alcalde de la ciudad y con dichos empresarios, un verdadero gobierno solo ejecuta lo que más le convenga al pueblo sin andar con rodeos.

Esperamos que algún día nuestro pueblo despierte y sepa identificar a sus enemigos, que se dé cuenta quienes quieren perpetuar estas condiciones injustas en las que vivimos, donde prevalece el caos, la violencia institucionalizada y la miseria.