Esa simpática virtud liberal llamada «no hacer nada»
julio 01, 2023Que reconfortante es echarse en un sillón o cama a descansar después de una intensa jornada de trabajo o estudio, olvidarse de la realidad por un momento y despejar la mente, esto es reconfortante porque es un descanso bien merecido, ya que se realizó efectivamente el trabajo que se nos había asignado o conseguimos la meta que nos habíamos propuesto. Pero otra cosa es descansar hasta el hastío, dejar pasar los días uno tras otro, desperdiciando el valioso tiempo mientras se tienen muchas cosas por hacer, convirtiéndose en un ser inútil e improductivo cuya existencia es totalmente insignificante.
Pareciera difícil que seres así vivan entre nosotros, gente que no aporta nada y solo parasitan, pero suena más increíble e ilógico que hasta son remunerados económicamente (y muy bien remunerados) por no hacer nada y aparte por no dejar hacer nada, y en efecto esto es real, tenemos a estos individuos en las más altas esferas del poder, en el parlamento, en las instituciones del Estado y en ONG. Se puede decir que son procrastinadores profesionales, con una maestría en «estorbancia», en vez de construir destruyen y obstaculizan.
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Aquí podemos ver a un diputado en su estado natural |
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Entre payasada y payasada el político nunca hace nada y el pueblo olvida. |
El concepto de democracia liberal está tan
impregnado en el inconsciente colectivo de las últimas generaciones que son
incapaces de concebir que existen otras alternativas a ese sistema político, y
todo lo que está alejado de lo democrático lo consideran malo, es debido a eso
que aunque muchas veces se ha comprobado que ese sistema no funciona y está
lleno de múltiples errores orgánicos que van en contra de la naturaleza de
nuestra sociedad, el hondureño cada cuatro años sigue cayendo en el mismo error
de creer que votando va a cambiar las condiciones del país. Y es que así
funciona la democracia liberal, cada partido o cada clan político simplemente
vela por sus intereses, los intereses del país son secundarios o simplemente no
tienen cabida. Desde lo más bajo hasta lo más alto de la pirámide del poder
esto es así, las bases de los partidos compuesta por gente humilde, lo que
busca es una chamba para subsistir esos cuatro años, mientras que los altos
mandos lo que buscan es perpetuar sus riquezas y privilegios y también acaparar
más dinero e influencia. Después de todo, los políticos, aunque sean de
diferentes partidos y finjan ser rivales ante las cámaras de los noticiarios,
realmente son compinches y mantienen una tregua, pues uno necesita del otro
para existir, no puede haber un gobierno sin oposición, y el gobierno de turno
necesita de esa oposición para argumentar de que es la oposición la que no los
deja hacer nada, mientras que la oposición necesita del gobierno de turno para
argumentar que hay una fuerza que los oprime, y que ellos serán la solución a
todos los problemas del país en las próximas elecciones. Es simple, así es como
funciona la democracia liberal.
¿Qué mayor disociador de la sociedad que las
ONG? Es con ellas que entes extranjeros y los países hegemónicos mantienen su
influencia dentro de nuestro país, introduciendo ideas e ideologías extrañas y
creando problemas ficticios más que brindando soluciones. En las últimas
décadas es cuando más fuerza han tomado estas ONG, infiltrándose en la política
nacional, promoviendo todas las ideas decadentes de los países anglosajones y
abriendo espacios para nuevos problemas, todo su actuar se limita a cuatro
cuestiones: ideología de género, feminismo, la legalización del aborto y
derechos humanos (pero solo los derechos humanos de los grupos que ellos
consideran «oprimidos»), todas estas ideas han tenido una gran recepción en la
juventud del país, que no se cuestiona cual es el origen e intención de estas
ideologías. En las raras ocasiones que un gobierno ha querido tomar medidas contundentes, como por ejemplo combatir el crimen organizado, estas ONG y otros colectivos salen a defender los derechos humanos de los pobres criminales oprimidos. En síntesis estas organizaciones no solamente se conforman con no
aportar nada útil al país, también se dedican a estorbar y a frenar cualquier
acción positiva para los intereses del país, pero es que pongámonos a pensar un
poco, estas ONG defienden criminales y no dejan realizar medidas efectivas
porque si se resuelve el problema de la inseguridad y se castiga a los
criminales como se debe, ya no van a poder justificar su accionar; pongamos un
ejemplo, sin violadores se acaban las ayuditas de Europa y Estados Unidos a los
grupos feministas que dicen luchar por las mujeres, cuando se sabe que su única
intención por años fue legalizar el uso de la PAE (píldora del día después) que
ya lo consiguieron, y posteriormente la legalización del aborto, todo esto con
el fin de fragmentar aún más a nuestra sociedad promoviendo el libertinaje
sexual, pues es sabido que una sociedad promiscua es más fácil de controlar y
someter porque los individuos no tienen voluntad ni control sobre sus impulsos
primarios.
Los políticos, empresarios, «ongeros» y toda
la fauna que componen los poderes fácticos del país, no hacen nada por tratar
de cambiar las condiciones miserables en las que vivimos, ya sea por pura
apatía o porque simplemente no les conviene que haya un cambio profundo en el
país ¿Qué motivación van a tener por hacer algo cuando ellos viven alejados de
la realidad nacional en sus mansiones dentro de residenciales con seguridad
privada, con camionetas blindadas y guardaespaldas, viviendo de evadir
impuestos, con exoneraciones fiscales, gozando de muchos privilegios más y
explotando a sus trabajadores o de cuantiosos sueldos que salen de nuestros
bolsillos, en el caso de los políticos o de quien sabe qué institución gringa o
europea que les envía dinero por subvertir más a nuestra sociedad, en el caso
de los «ongeros»? Ellos viven muy a gusto en esta Honduras que diseñaron a su
beneficio, se regocijan en el lodo y en el estiércol como cerdos, dejando pasar
los días sin hacer nada.
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